CUANDO SE TRATA DE CONTRASTAR LA REALEZA AVIAR, ELLA LLEVA UNA CORONA DE AZUL IRIDISCENTE, ÉL LLEVA UNA CORONA DE ORO FUEGO, HACIÉNDOLOS LA PAR PERFECTA: ¡CONOZCA LA CORONA DE FUEGO DE JAUN FERÁNDEZ!
CONOCE LA CORONA DE FUEGO DE JUAN FERNÁNDEZ
La corona de fuego de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis), es un colibrí que se encuentra hoy únicamente en la Isla Róbinson Crusoe, una de las tres islas del archipiélago de Juan Fernández. Es muy posible que esta especie de ave muestre el mayor grado de dimorfismo sexual que se encuentra entre los colibríes. Para la mayoría de los colibríes, las hembras, aunque todavía tienen colores brillantes, carecen del plumaje ornamental de los machos. Este no es el caso de la corona de fuego de Juan Fernández. El macho mide de 11,5 a 12 cm de largo y pesa 10,9 g. En su mayoría es de color naranja canela, excepto sus alas que son de color gris oscuro. Tiene un pico negro y una corona de oro sobresaliente.
La hembra es más pequeña que el macho, mide 10 cm de largo y pesa 6,8 gramos. su vientre es blanco, salpicado de motas verdes y negras.
Su corona es azul iridiscente y sus partes superiores son azul verdosas.
Las coronas de fuego de Juan Fernández se pueden encontrar actualmente en una isla remota de la costa del Pacífico de Chile en el remoto archipiélago de Juan Fernández. Esa isla es Robinson Crusoe, y ha sido designada como un sitio de la Alianza para la Extinción Cero porque contiene toda la población mundial de esta especie.
A esta ave de tamaño mediano le gusta vivir en bosques, matorrales y jardines locales. Durante el verano, los machos se pueden ver con bastante frecuencia en el único pueblo de la isla, San Juan Bautista, alimentándose del “árbol de la col”, que lamentablemente también es una especie en peligro de extinción.
Este colibrí se alimenta del néctar de una variedad de plantas. Sin embargo, también come insectos, particularmente durante la temporada de anidación, cuando se necesita proteína adicional para hacer frente a las crías de rápido crecimiento.
Durante la temporada de reproducción, la hembra pone dos huevos en un pequeño nido en forma de copa a unos 3-4 metros sobre el nivel del suelo. Este nido casi siempre se construye en el arrayán chileno.
La población de esta especie ha estado en declive general durante años. Un censo realizado en octubre de 2002 reveló menos de 200 aves individuales y de estas solo 60 hembras, aunque todavía no se han utilizado métodos de censo científicamente sólidos para proporcionar una cifra confiable. La especie está clasificada en peligro crítico por Birdlife International.
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