Puede alcanzar una longitud de 30 pies (9 metros) y pesar hasta 550 libras (227 kilogramos). Para imaginar lo grande que es, si unos cinco niños de diez años se acuestan de pies a cabeza, tendrían la longitud de esta enorme serpiente.
La anaconda verde es miembro de una familia de serpientes llamadas constrictoras. Las constrictoras no son serpientes venenosas. No matan a sus presas entregando veneno a través de una mordedura. En cambio, los constrictores envuelven sus cuerpos alrededor de su presa y la aprietan hasta que deja de respirar.
La serpiente gigante abre su boca lo suficiente como para tragarse a su víctima, a veces peces o caimanes (parientes de los cocodrilos) e incluso jaguares y pequeños ciervos.
Las mandíbulas de la anaconda se mantienen unidas con ligamentos elásticos para que puedan abrirse lo suficiente como para tragar presas enteras.
Y se necesitarían alrededor de 11 niños para pesar tanto como una anaconda.