Los inspectores de DIOZ encontraron a Tołdi en estado crítico. El perro estaba prácticamente muerto, con las costillas salientes y pus saliendo de sus ojos y oídos. El animal se encontraba en un estado tan grave que sólo unas pocas horas lo separaron de la muerte. Los médicos evaluaron que el estado del perro era muy grave y la lucha por su vida continúa. Es realmente desgarrador ver sufrir a un animal inocente a manos de un ser humano.
La intervención llevada a cabo por los inspectores del DIOZ fue desgarradora de ver. El perro tenía tanta hambre que casi se comió una olla vacía de sopa que le arrojó el sádico que lo había descuidado. Kasia W., la dueña del perro, afirmó que acababa de terminar la sopa y no tenía comida para el animal hambriento. Sin embargo, dada la condición del perro, está claro que esto no era cierto. Es incomprensible que alguien pueda presenciar a un animal en tal estado y no sentir compasión o empatía hacia él.
Afortunadamente, el pronóstico de Tołdi es bueno a pesar de su estado crítico. El cachorro tiene buen apetito y su sistema digestivo funciona bien. Con el cuidado y la alimentación adecuados, Tołdi se recuperará y quedará irreconocible en tan solo unas semanas. Es admirable la dedicación y el arduo trabajo de los inspectores y médicos de DIOZ que atienden a Tołdi.
No es sólo Kasia W. la responsable del abandono y abuso de Tołdi. Los dueños del perro también enfrentarán consecuencias legales por sus acciones. Pueden enfrentar hasta tres años de prisión por matar de hambre a un perro. La junta directiva de PROiP – EKOlogiczni, donde trabajaba Kasia W., emitió un comunicado informando que ya no es empleada de la empresa. Sus antiguos compañeros y su empleador donaron dinero para cuidar a Tołdi, lo cual los inspectores de DIOZ agradecen.
Es fundamental crear conciencia sobre la crueldad y el abuso animal en Polonia. Los casos de Tołdi y de otros animales como él no son casos aislados. El gobierno debe tomar medidas decisivas para garantizar que los perpetradores de maltrato animal sean castigados y que los animales estén protegidos. Es nuestra responsabilidad colectiva hablar y tomar medidas contra la crueldad animal. Sólo entonces podremos esperar crear un mundo donde los animales sean tratados con compasión y amabilidad.