Todos estamos acostumbrados a ver a Erling Haaland marcar goles por diversión, y sus seguidores lo apodan robot por lo fácil que parece encontrarlo todo, pero un nuevo video muestra que tiene un lado más suave.
El niño, ansioso por conocer a algunos miembros del equipo noruego que viaja, espera afuera del autobús del equipo con un bolígrafo y una libreta, esperando que alguno de ellos venga.
¿A quién le importa? Sólo el robot de más de dos metros saluda a un joven entusiasta que le pide un autógrafo.
Antes de sentarse a firmar el bloc, dice: “¿Puedo firmarlo?”.
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Luego pregunta por el joven admirador, que parece asombrado de que Haaland acaba de llegar, antes de firmar otro bloc.
Un recuerdo que el niño nunca olvidará y un objeto que atesorará; tal vez Haaland no sea un robot después de todo.