Los chitas son conocidos como los animales terrestres más rápidos de la Tierra, y también son conocidos por sus hermosas manchas amarillas y negras. ¿Pero alguna vez has visto a un guepardo que se vea así?
A primera vista, este guepardo parece más un ocelote o jaguar manchado que un guepardo. Conocido como un “guepardo rey”, este guepardo melánico es muy parecido a un guepardo convencional. A pesar de su apariencia única, los guepardos rey son generalmente raros de ver en la naturaleza y, por lo general, solo se encuentran en cautiverio.
De hecho, los guepardos rey son tan raros y distintivos que, cuando el naturalista británico Reginald Innes Pocock describió por primera vez un guepardo rey en 1927, lo clasificó como una especie separada. Sin embargo, debido a la falta de evidencia para respaldar su reclamo, revocó su conclusión en 1939.
En realidad, las manchas peculiares del guepardo rey son causadas por un gen recesivo que, en lugar de producir guepardos con manchas tradicionales, produce variaciones en el color y el patrón. Esto es diferente de los padres de guepardos con manchas típicas, donde dos genes recesivos para el color negro dan a luz a un cachorro con pelaje negro.
Así, el “guepardo rey” es simplemente un guepardo africano con un patrón de pelaje único, aunque eso no lo hace menos fascinante. El genoma peculiar responsable del pelaje del guepardo rey también puede afectar otras características conductuales y de apariencia. Su cola, técnicas de caza, dieta y comportamiento social son todas características distintivas de los guepardos, diferenciándolos de otras especies de gatos.
Sin embargo, al igual que todos los guepardos, los guepardos rey enfrentan amenazas como la pérdida de hábitat, conflictos humanos con la vida silvestre y el comercio ilegal de vida silvestre. Su excepcional pelaje no los hace inmunes a estos peligros, y su extinción potencial sigue siendo un motivo de preocupación, a pesar de su atractivo estético.
En resumen, aunque los guepardos rey son visualmente cautivadores, su singularidad genética no cambia fundamentalmente su comportamiento y estatus dentro del reino animal.