Armad Gerber no es el típico entusiasta de la vida silvestre. Mientras que muchos admiran grandes felinos como leones y tigres desde una distancia segura, Armad pasa sus días mirando a estas majestuosas pero peligrosas criaturas.
Junto a su esposa, Beatrice, Armad opera el Iroп Throпe Predator and Wildlife Park, un extenso santuario de 200 acres en Sudáfrica.
Proporcionan un hogar permanente para varios grandes felinos, incluidos leones, tigres, leopardos, guepardos y otros animales rescatados.
A pesar de los riesgos inherentes, Armapad adopta interacciones diarias con estos formidables depredadores. “Todos los animales aquí están en cautiverio”, explica, “y aunque criamos algunos, pueden ser rescatados de instalaciones con prácticas dudosas. Nuestro objetivo es ofrecerles una vivienda, un lugar para prosperar”.
Lo que distingue el enfoque de Armad es su profundo vínculo con los animales. A diferencia de su feroz reputación, estos felinos residentes comparten una sorprendente búsqueda de abrazos y tiempo de juego con sus compañeros humanos. “Oce un gato, siempre un gato”, bromea Armad, destacando su afecto revelador con sus amigos salvajes.
Reconociendo los dagas que hay aquí en su trabajo, Armad enfatiza la importancia del respeto y la comprensión al interactuar con estos depredadores.
“Algunos pueden llamarme loco o imprudente”, admite, “pero lo hago por amor y confianza. Estos animales son mi familia y estoy agradecido por el privilegio de cuidarlos”.
A través de su dedicación y pasión, Armad desafía las percepciones y fomenta una apreciación más profunda de la belleza y complejidad de estas magníficas criaturas.