Cuando la leona cazó a la madre del bebé babuino, descubrió al pequeño escondido bajo el cuerpo sin vida de su madre. En lugar de atacar al bebé, la leona mostró una actitud amable e inquisitiva, e incluso comenzó a jugar con él.
La leona levantó al bebé babuino en su boca, aparentemente aceptándolo como propio, mientras los fotógrafos observaban atónitos. Luego, la leona colocó al bebé en el suelo frente a ella, donde el pequeño babuino se aferró a su pecho.
Más tarde, cuando un león macho apareció, la leona protegió al bebé babuino del intruso, demostrando una vez más su instinto maternal. Mientras tanto, el padre del babuino, que había estado observando desde un árbol cercano, aprovechó la oportunidad para rescatar a su descendencia mientras la leona distraía al león macho.