“No tengo hijos, así que voy a tener un perro”, fue mi pensamiento. Un día, durante la cuarentena, salí a dar un paseo en bicicleta con Rosilene Jansen para mantenerme activa. El clima era más cálido de lo que esperábamos, por lo que decidimos regresar antes de lo planeado. Sin embargo, nuestros planes cambiaron cuando nos topamos con un animal solitario parado en el camino. Era un perro salchicha marrón y delgado que no se escapó de nosotros. En cambio, nos miró con ojos suplicantes, como pidiendo ayuda. Lo que no sabíamos era que este encuentro cambiaría nuestras vidas para siempre.
Rose Jansen contó cómo se encontró con un perro callejero mientras caminaba con su amiga Alcântara. Al principio se dieron cuenta de que el perro había sido abandonado y decidieron ofrecerle un poco de pan que llevaban en la mochila. Más tarde, descubrieron que esta zona era conocida por la gente que arrojaba animales. A pesar de sentirse desconsolados ante la idea de abandonar al perro, no tuvieron más remedio que dejarlo atrás debido a la gran distancia que aún les quedaba por recorrer antes de poder llegar a casa.
Rose Jansen fue testigo de cómo Alcântara metía un frágil perro dentro de su mochila de hidratación. Ella afirmó que no fue una tarea fácil y tuvo que ir en bicicleta detrás de él para garantizar la seguridad del perro y la mochila. Cada kilómetro parecía una eternidad.
Mientras hacían una pausa en el camino de regreso a casa, Alcântara, que parecía bastante cansado, miró a Jansen y sonrió mientras decía: “Teniendo en cuenta que no tengo hijos, creo que me buscaré un amigo peludo. un perro.”
Rose Jansen El perro recibió el nombre de Rotivi, pero Alcântara se refiere cariñosamente a él como Pelanka. Al llegar a casa, recibió un baño refrescante y una comida nutritiva. Con el paso de los días, la pareja se encariñó cada vez más con Pelanka y rápidamente se convirtieron en un trío inseparable.
Rose Jansen informa que Pelanka ha engordado y ahora está lo suficientemente en forma para acompañar a sus padres en todos sus viajes. A pesar de ser una incorporación inesperada, Alcântara y Jansen no pueden imaginar la vida sin él. Pelanka es su compañera constante y no se deja intimidar por otros animales, por grandes que sean. Se siente seguro al saber que sus padres humanos siempre están cerca.