En una misión militar, este soldado encontró una fiel amiga peluda e hizo todo lo posible para pasar el resto de su vida junto a ella. Mira la historia.
Muchas veces las mascotas pueden llegar de manera inesperada a la vida de una persona. Sin embargo, se transforman en una compañía incondicional que los llena de alegría y bienestar.
Lo mejor de todo es que el beneficio es mutuo. Pues, ese animal también puede estar necesitado de cuidado y, a partir de ese momento, comienza a recibir cada una de las atenciones que siempre ha merecido.
Así lo demuestra la historia de Sean Laidlaw, un soldado que en una de sus misiones conoció a un mejor amigo peludo que le alegró el corazón. En este artículo te compartimos todos los detalles de esta hermosa amistad.
El momento en el que Sean y la perrita se conocieron
Sean era uno de los miembros del ejército británico. Por lo tanto, fue designado para que hiciera parte del pelotón que se iba a encargar de cubrir un contrato en Siria.
En un día normal de trabajo, el hombre se encontraba junto a una estructura de escombros. Pues, esta acababa de ser detonada debido a una explosión.
Fue en ese momento cuando comenzó a escuchar los quejidos desesperados de una cachorrita. De inmediato se dio cuenta de que la peludita había quedado atrapada bajo los escombros.
A causa de ello, Sean actuó de inmediato para socorrerla y salvarle la vida. De igual manera, la llevó a un lugar más tranquilo y le brindó protección para ayudarla a retornar a la calma que tanto estaba anhelando.
No obstante, después de esa situación, Sean no se desentendió de la perrita. Por el contrario, la alimentó durante 3 días seguidos, se dio cuenta de que podía confiar en ella y tomó la decisión de que lo acompañara día a día.
El vínculo entre Sean y la perrita
Barrie, nombre que Sean le puso a la perrita, comenzó a acompañar al hombre en todos los campamentos. De ese modo, siempre que él llegaba de las misiones tenía una amiga con la que podía jugar y distraerse.
En vista de ello, él mismo afirmó que la perrita se convirtió en una completa caricia para su alma. Pues, le ayudó a que por algunos momentos dejara de pensar en la guerra en la que estaba inmerso de manera cotidiana.
Y no era para menos, esto debido a que la perrita no se le despegaba un solo segundo cuando podían estar juntos. Tanto así que siempre se encargaba de despertarlo y acompañarlo cuando era la hora de comer.
Sin embargo, un día Sean tuvo que retornar a Reino Unido a resolver algunos asuntos. Por lo tanto, dejó a la perrita recomendada en el campamento y le prometió que volvería en muy poco tiempo.
El obstáculo que se le presentó al soldado y la perrita siria
Después de resolver todo lo que le correspondía en su país, Sean se dispuso a retornar a Siria. Pero, cuando estaba terminando de alistar todo recibió una pésima noticia.
Pues, sus superiores le indicaron que el contrato en Siria había sido terminado. Por lo tanto, ya no tenía como retornar al campamento para recoger a su fiel perrita.
No obstante, él en ningún momento estuvo dispuesto a perder para siempre la compañía de Barrie. A causa de ello, de inmediato comenzó a buscar la solución más viable para lograr el tan esperado reencuentro.
La alternativa que permitió que el soldado y la perrita volvieran a estar juntos
Sean no dudo en contactarse con “War Paws”, una organización que se encarga de ayudar a los animales que se encuentran en los complicados territorios en guerra. Fue así como ellos prometieron ayudarlo a resolver su situación.
Debido a esto, recogieron al animal y lo incluyeron en un vuelo que le permitiera llegar hasta los brazos de Sean. Así, Barrie viajó hasta Irak, después hasta Jordania y finalmente hasta París.
Por su parte, Sean también tomó un vuelo hasta París para poder juntarse con su hermosa perra siria. Sin embargo, como ya había pasado un tiempo y el animal había crecido, él tenía miedo de que Barrie no se acordara de él.
Pero, su temor quedó a un lado cuando volvió a estar frente a la perrita. Esto debido a que el animal demostró la misma alegría que tenía cuando compartían día a día en el campamento.
De ese modo, Sean afirmó que volvía a sentirse la persona más feliz del mundo. Además, su historia demuestra que los perritos tienen una fidelidad invencible y nunca se olvidan de la persona que más aman.
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