Es asombroso cómo los animales pueden tener un corazón tan grande y ser tan cariñosos entre sí. No importa si están relacionados o no, lo que realmente importa es el amor incondicional que comparten. Un excelente ejemplo de esto es Everly, una adorable pitbull que fue elegida por una ardilla bebé para ser su nueva madre. Ser testigo de este vínculo entre ellos es realmente algo especial y mágico.
Everly, siendo una pit bull, siempre ha sido conocida por su naturaleza amorosa y cariñosa. Sin embargo, no es justo generalizar a todos los pitbulls como perros malos, ya que son los humanos quienes les enseñan a ser malos. Everly demuestra la lealtad, el amor y las cualidades de crianza que son típicas de su raza. Siempre está emocionada de hacer amistad con otros animales y es una compañera afectuosa.
Durante un paseo tranquilo, Morgan Joy Groves y su hija Everly se toparon con una ardilla bebé solitaria, que de inmediato captó el interés de la niña. A Groves no le pareció extraño que Everly se sintiera atraída por la pequeña criatura y decidieron investigar más a fondo.
La pequeña criatura era solo un bebé y parecía tener un buen instinto al elegir a Everly como su figura materna. Mostró un cariño instantáneo hacia el perro afectuoso, a quien parecía percibir como una figura materna. La pequeña ardilla siguió a Everly e incluso la acompañó a ella y a Groves de regreso a su casa.
Everly decidió tomar un descanso y acostarse, lo que provocó que una pequeña ardilla se acercara aún más a ella. La adorable criatura se acurrucó encima de Everly y ambos se quedaron dormidos pacíficamente, disfrutando de la compañía del otro.
Después del incidente, Everly tomó la decisión de cuidar a la pequeña ardilla bebé. Como resultado, se convirtió en la madre adoptiva de la ardilla y pasaron muchas horas acurrucados y durmiendo la siesta juntos. Sin embargo, Groves se dio cuenta de que la ardilla requería más atención de la que podían brindarle para asegurarse de que creciera sana y capaz de cuidar de sí misma. Después de un breve período, decidieron trasladar a la ardilla bebé a un centro de vida silvestre donde podría recibir la mejor atención posible. La ardilla crecería en compañía de otras dos ardillas en el centro y, eventualmente, sería devuelta a la naturaleza con ellas. La pequeña ardilla siempre recordaría a su madre adoptiva con cariño y aprecio por el amor y el consuelo que le brindaba cuando más lo necesitaba.