Durante la construcción de una carretera cerca del río Onon en la provincia de Khentii de Mongolia, los trabajadores de la construcción hicieron un descubrimiento sorprendente. Se toparon con una fosa común que contenía los restos de numerosos cadáveres humanos que descansaban sobre una gran estructura de piedra rudimentaria.
Expertos forenses y arqueólogos fueron llamados de inmediato al sitio, y sus investigaciones revelaron que, de hecho, se trataba de una tumba real mongola que data del siglo XIII. Según sus hallazgos, los científicos creen que la tumba puede pertenecer nada menos que al mismísimo Genghis Khan, la renombrada figura histórica.
Según un equipo de científicos de la Universidad de Beijing, su análisis indica que los numerosos esqueletos enterrados sobre la estructura de piedra probablemente eran los esclavos responsables de su construcción. Se cree que posteriormente fueron masacrados para salvaguardar el secreto de la ubicación de la tumba.
Se descubrieron un total de 68 esqueletos enterrados muy juntos, casi directamente sobre la estructura de piedra cruda. La evidencia sugiere un destino trágico para los esclavos que participaron en la construcción de la tumba, y sirve como un recordatorio escalofriante de los esfuerzos que se tomaron para proteger los secretos del sitio.
El contenido de la tumba se dispersó y se deterioró severamente, probablemente debido al hecho de que el sitio estuvo sumergido bajo el lecho del río durante cientos de años hasta que el curso del río Onon cambió en el siglo XVIII. Entre los cientos de artefactos de oro y plata y miles de monedas, se identificaron los restos de un esqueleto masculino alto y dieciséis femeninos.
A pesar del daño y la descomposición, el descubrimiento de artefactos valiosos y la identificación de restos humanos brindan información importante sobre la riqueza y el estado asociado con el ocupante de la tumba. La identidad exacta del individuo enterrado en la tumba sigue siendo objeto de mayor investigación y análisis por parte del equipo científico.
Se cree que las mujeres descubiertas en la tumba fueron esposas y concubinas del líder, que fueron sacrificadas para acompañar al señor de la guerra en el más allá, una práctica observada en ciertas culturas antiguas.
La cantidad significativa de tesoro, así como la presencia de animales e individuos sacrificados, ha llevado inmediatamente a los arqueólogos a considerar que el sitio es, de hecho, el lugar de enterramiento de un señor de la guerra mongol muy influyente. La riqueza y la escala de los sacrificios sugieren el gran poder y estatus del individuo dentro de la sociedad mongola durante ese período. Un mayor estudio y análisis de los artefactos y restos arrojará más luz sobre la identidad y el significado histórico del señor de la guerra enterrado en el sitio.
Temujin, que significa “de hierro”, fue el nombre de nacimiento de una figura histórica que se convirtió en el fundador y Gran Khan (emperador) del Imperio Mongol. Después de su desaparición, el Imperio mongol se convirtió en el imperio contiguo más grande de la historia. Es conocido por sus logros al unir a las tribus mongolas, consolidarlas en una fuerza unificada y embarcarse en una serie de campañas militares en China, Asia Central, Medio Oriente e incluso Europa del Este. Su nombre es más comúnmente reconocido como Genghis Khan.
Durante su vida, Genghis Khan conquistó una asombrosa extensión de tierra, con un total de más de 31 millones de kilómetros cuadrados. Su impacto se extiende mucho más allá de sus conquistas, ya que su legado continúa dando forma al mundo de hoy, convirtiéndolo en una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad.
Una de sus contribuciones notables fue el establecimiento de la Ruta de la Seda, una ruta comercial que conectaba Oriente y Occidente. Esta red de comercio y transmisión cultural se convirtió en la vía principal para las interacciones a larga distancia, fomentando las conexiones políticas y económicas entre las civilizaciones de Eurasia.
La influencia de Genghis Khan también se puede ver en su extenso número de descendientes. Los estudios genéticos sugieren que podría ser un ancestro directo de aproximadamente uno de cada 200 individuos vivos en la actualidad. Solo en Mongolia, se estima que hasta 200.000 personas de los 2 millones de habitantes del país pueden tener el linaje genético de Genghis Khan, lo que destaca el gran alcance de su legado.